TANGOS 2


Malena 

de Homero Manzi y Lucas Demare


Año: 1941










Malena canta el tango como ninguna
y cada verso pone su corazón.
A yuyo de suburbio su voz perfuma.
Malena tiene pena de bandoneón.
Tal vez allá, en la infancia, su voz de alondra
tomó ese tono oscuro de callejón;
o acaso aquel romance que sólo nombra
cuando se pone triste con el alcohol...
Malena canta el tango con voz de sombra;
Malena tiene pena de bandoneón.

Tu canción
tiene frío del último encuentro.
Tu canción
se hace amarga en la sal del recuerdo
Yo no sé
si tu voz es la flor de una pena,
solo sé
que al rumor de tus tangos, Malena,
te siento más buena,
más buena que yo.

Tus ojos son oscuros como el olvido;
tus labios, apretados como el rencor;
tus manos, dos palomas que tienen frío;
tus venas tienen sangre de bandoneón...
Tus tangos son criaturas abandonadas
que cruzan sobre el barro del callejón
cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada;
Malena tiene pena de bandoneón





Yira, Yira 
De Armando Santos Discepolo




Cuando la suerte que es grela,
fayando y fayando, te largue parao;
cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol;
cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar...
la indiferencia del mundo
que es sordo y es mudo
recién sentirás.

Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.
Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres, que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao
después de cinchar
lo mismo que a mí.
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
Te acordarás de este otario
que un día, cansado,
¡se puso a ladrar!

Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa... ¡Yira!... ¡Yira!...



El Corazón mirando al Sur
de Eladia Blazquéz





Nací en un barrio donde el lujo fue un albur,
Por eso tengo el corazón mirando al sur.
Mi viejo fue una abeja en la colmena,
Las manos limpias, el alma buena...
Y en esa infancia, la templanza me forjó,
Después la vida mil caminos me tendió,
Y supe del magnate y del tahúr,
Por eso tengo el corazón mirando al sur.

Mi barrio fue una planta de jazmín,
La sombra de mi vieja en el jardín,
La dulce fiesta de las cosas más sencillas
Y la paz en la gramilla de cara al sol.
Mi barrio fue mi gente que no está,
Las cosas que ya nunca volverán,
Si desde el día en que me fui
Con la emoción y con la cruz,
¡Yo sé que tengo el corazón mirando al sur!

La geografía de mi barrio llevo en mí,
Será por eso que del todo no me fui:
La esquina, el almacén, el piberío...
Lo reconozco... son algo mío...
Ahora sé que la distancia no es real
Y me descubro en ese punto cardinal,
Volviendo a la niñez desde la luz
Teniendo siempre el corazón mirando al sur




Romance de Rarrio
de Homero Manzi y Anibal Troilo






Primero la cita lejana de abril,
tu oscuro balcón, tu antiguo jardín.
Más tarde las cartas de pulso febril
mintiendo que no, jurando que sí.

Romance de barrio tu amor y mi amor.
Primero un querer, después un dolor,
por culpas que nunca tuvimos,
por culpas que debimos sufrir los dos.

Hoy vivirás
despreciándome, tal vez sin soñar
que lamento al no poderte tener
el dolor de no saber olvidar.
Hoy estarás
como nunca lejos mío,
lejos de tanto llorar.
Fue porque sí,
que el despecho te cegó como a mí,
sin mirar que en el rencor del adiós
castigabas con crueldad tu corazón.
Fue porque sí
que de pronto no supimos pensar,
que es más fácil renegar y partir
que vivir sin olvidar.

Ceniza del tiempo la cita de abril,
tu oscuro balcón, tu antiguo jardín
las cartas trazadas con mano febril
mintiendo que no, jurando que sí.
Retornan vencidas tu voz y mi voz
trayendo al volver con tonos de horror,
las culpas que nunca tuvimos
las culpas que debimos pagar los dos.



Barrio de tango
de Sebastián Piana y Homero Manzi




Un pedazo de barrio, allá en Pompeya,
Durmiéndose al costado del terraplén.
Un farol balanceando en la barrera
Y el misterio de adiós que siembra el tren.
Un ladrido de perros a la luna.
El amor escondido en un portón.
Y los sapos redoblando en la laguna
Y a lo lejos la voz del bandoneón.

Barrio de tango, luna y misterio,
Calles lejanas, ¡cómo estarán!
Viejos amigos que hoy ni recuerdo,
¡Qué se habrán hecho, dónde estarán!
Barrio de tango, qué fue de aquella,
Juana, la rubia, que tanto amé.
Sabrá que sufro, pensando en ella,
Desde la tarde que la dejé
Barrio de tango, luna y misterio,
Desde el recuerdo te vuelvo a ver

Un coro de silbidos allá en la esquina.
El codillo llenando el almacén.
Y el dramón de la pálida vecina
Que ya nunca salió a mirar el tren.
Así evoco tus noches, barrio 'e tango,
Con las chatas entrando al corralón
Y la luna chapaleando sobre el fango
Y a lo lejos la voz del bandoneón.




CAMINITO
de Gabino Coria Peñolaza y Juan de Dios Filiberto



  


Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.
Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo.

Desde que se fue
triste vivo yo,
caminito amigo,
yo también me voy.
Desde que se fue
nunca mas volvió,
seguiré sus pasos,
caminito, adiós.

Caminito que todas las tardes
feliz recorrías cantando mi amor,
no le digas si vuelve a pasar
que mi llanto tu suelo regó.
Caminito cubierto de cardos,
la mano del tiempo tu huella borró;
yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos.




NOSTALGIAS 
de Juan Carlos Cobián (musica) Enrique Cadícamo (letra)





Quiero emborrachar mi corazón
para apagar un loco amor
que más que amor es un sufrir
Y aquí vengo para eso
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas
Si su amor fue "flor de un día"
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar
Nostalgias
de su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración
Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto... pronto le hablará de amor
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme
ni pedirle, ni llorarle
ni decirle que no puedo más vivir
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud
Gime, bandoneón, tu tango gris
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche
noche negra y sin estrellas
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
"por los fracasos del amor"




GOLONDRINAS
de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera


Golondrinas de un solo verano
con ansias constantes de cielos lejanos.
Alma criolla, errante y viajera,
querer detenerla es una quimera...
Golondrinas con fiebre en las alas
peregrinas borrachas de emoción...
Siempre sueña con otros caminos
la brújula loca de tu corazón...

Criollita de mi pueblo,
pebeta de mi barrio,
la golondrina un día
su vuelo detendrá;
no habrá nube en sus ojos
de vagas lejanías
y en tus brazos amantes
su nido construirá.
Su anhelo de distancias
se aquietará en tu boca
con la dulce fragancia
de tu viejo querer...
Criollita de mi pueblo,
pebeta de mi barrio,
con las alas plegadas
también yo he de volver.

En tus rutas que cruzan los mares
florece una estela azul de cantares
y al conjuro de nuevos paisajes
suena intensamente tu claro cordaje.
Con tu dulce sembrar de armonías
Tierras lejanas te vieron pasar;
otras lunas siguieron tus huellas,
tu solo destino es siempre volar.






GARUA


de Enrique Cadicamo y Anibal Troilo





Que noche llena de hastio y de frio,
el viento trae un extraño lamento,
parece un pozo de sombras la noche,
y yo en las sombras camino muy lento
Mientras tanto la garua se acentua con sus puas,
en mi corazón.

En esta noche tan fria y tan mia
pensando siempre en lo mismo me abismo
y aunque yo quiera arrancarla,
desecharla y olvidarla
la recuerdo mas...

Garua!....
solo y triste por la acera
va este corazón transido
con tristeza de tapera
sintiendo...tu hielo
porque aquella con su olvido
hoy le ha abierto una gotera
Perdido!..
como un duende que en la sombra
mas la busca y más la nombra
Garua...tristeza
hasta el cielo se ha puesto a llorar!....

Que noche llena de hastio y de frio
no se ve a nadie cruzar por la esquina
sobre la calle la hilera de focos,
lustra el asfalto con luz mortecina
Y yo voy como un descarte, siempre solo
siempre aparte, recordandote...

Las gotas caen en el charco de mi alma
hasta los huesos calados y helado..
Y humillando este tormento
todavia pasa el viento...
empujandome!......




NADA 

Música: José Dames Letra: Horacio Sanguinetti





He llegado hasta tu casa...
¡Yo no sé cómo he podido!
Si me han dicho que no estás,
que ya nunca volverás...
¡Si me han dicho que te has ido!
¡Cuánta nieve hay en mi alma!
¡Qué silencio hay en tu puerta!
Al llegar hasta el umbral,
un candado de dolor
me detuvo el corazón.

Nada, nada queda en tu casa natal...
Sólo telarañas que teje el yuyal.
El rosal tampoco existe
y es seguro que se ha muerto al irte tú...
¡Todo es una cruz!
Nada, nada más que tristeza y quietud.
Nadie que me diga si vives aún...
¿Dónde estás, para decirte
que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor?

Ya me alejo de tu casa
y me voy ya ni sé donde...
Sin querer te digo adiós
y hasta el eco de tu voz
de la nada me responde.
En la cruz de tu candado
por tu pena yo he rezado
y ha rodado en tu portón
una lágrima hecha flor
de mi pobre corazón.






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